The best restaurants serving British food in City Centre Edinburgh, City of Edinburgh and Lothian

Support the only independent coffee shop on Princess Street and get value and quality.A little stall for coffee, hot chocolate or pastries. Very friendly staff and barista who knows how to make a good coffee. Intend to re-visit for brunch next time I'm in Edinburgh.

Me decidí a comprarme un helado de aquí una de las tantas veces que pasé por el lado y en que momento no paré antes.... Unos helados tremendos, desde el momento que probé uno ya cada día que estuve en Edimburgo fui a por uno. Para mi el Salted Caramel estaba delicioso.

This is undoubtedly the home of the best bacon rolls and fruit scones in Edinburgh. We moved office and still have our weekly roll run here as tried others near our new office and nothing compares. Lovely staff and food always fresh and of a good quality. Good variety at lunchtime too. Support local and try it out.

Siempre para aquí cuando en Morningside, el café es hermoso con una cara sonriente en la tapa! Muy buen personal también. ¡Vale la pena detenerse!

The food is great there. Next time I go to Edinburgh definitely I will go there. I wounded if they have instagram account.

This is a lively, stylish venue right in the heart of Edinburgh. They cater for Vegans. Food is delicious.

La última vez que estuve en Rose Street fue en 1964 cuando trabajé en Edimburgo y visité Rose Street con Friends from Work, por lo que fue encantador volver después de todos esos años. Encontré esta joya de lugar mientras caminaba por Rose Street y quería un bocado rápido. Había un mostrador a la derecha al entrar, refrigerador a la izquierda con latas frías de bebidas y dos mesas redondas con sillas adentro y tres mesas y sillas afuera. Hay una amplia variedad de salsas para elegir para acompañar el cerdo y los sándwiches disponibles si lo desea en lugar de rollos. Pedimos 1 panecillo marrón con salsa de cerdo y manzana y una lata de lilt y 1 panecillo blanco con salsa de cerdo y arándano y una lata de Coca-Cola Light. Nos sentamos a la mesa en la ventana delantera y vimos pasar el mundo mientras disfrutamos del mejor cerdo que he probado en mucho tiempo. Había tanta carne de cerdo en los rollos grandes que no pudimos terminar. No desperdiciamos nada. ¡Envolvimos lo que quedaba y los llevamos a casa para comer más tarde! Costo total 9. 90 - Barato a mitad de precio. El joven que nos atendió también era encantador y estaba bastante ocupado mientras estuvimos allí a eso de las 12. Definitivamente lo visitaría la próxima vez que esté en Escocia.

Nos encontramos con este pequeño restaurante dirigido por marido y mujer por casualidad. Su comida es fabulosa. Tenía su mezcla de marisco, su sopa Cullen Skink y su filete Aberdeen Angus Sirloin en diferentes ocasiones. Los tres platos fueron las comidas con mejor sabor de la historia. Vale la pena cada centavo. Muy recomendable.

i had a lovely cup of coffee with my mum it was so peaceful. was a bit tricky to find but we found it eventually!!!!! i also went to the one in roseburn which was a super nice experience. it was a trouble getting parked but we found one.

Estuvimos en Edimburgo durante 2 días y ambos días desayunamos en Quinn’s! Comida increíble incluso para los eggetarians! Pequeño café acogedor y gran servicio! ¡Prepárense para las colas si llegan más tarde de las 10 de la mañana! ¡Muy valorado!

The set menu - with a couple of pre starters and sides - was absolutely delicious, generous portions, superb service and very good value.

Beautifully refined food. The presentation, tastes and textures were perfect.The service was relaxed, friendly and knowledgeable. A faultless lunch.

Excellent espresso based coffee, the breakfast menu has to be sampled. Caters for all diets and needs. Friendly staff and service. As it is small, arriving early would be a good idea. Recommended

They have nice staff and lovely food orders. There’s good space for parents to bring their kids and I’ve mainly seen customers visit the place for a soup.

An experience of the most resplendent calibre! A veritable cornucopia of gastronomic ecstasy spanning a sublime two hours, wherein each morsel—be it saccharine or savoury—was executed with laudable finesse and presented amidst a tableau of unabashed opulence. Particular commendation must be bestowed upon the diminutive haggis, a miniature marvel of culinary craft. The attending staff exemplified consummate professionalism—ever-vigilant yet never obtrusive, striking that elusive balance with aplomb. Given the grandeur of the locale, the expenditure proved eminently judicious. Indubitably, the crowning jewel of our Edinburgh sojourn.